Casos raros de miocarditis tras la vacunación contra la COVID-19: búsqueda de diagnóstico, tipo, tratamiento y prevención

Por: Kounis, Nicholas G [Autor]Colaborador(es): Mplani, Virginia | Koniari, Ioanna | Plotas, Panagiotis [Autores]Tipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Descripción: páginas 278-279Tema(s): MIOCARDITIS | VACUNAS | INFECCIONES POR CORONAVIRUS En: Revista Española de CardiologíaResumen: Recientemente se ha observado miocarditis tras la vacunación contra la COVID-19, sobre todo entre los varones jóvenes. La media de edad era 25 años. La mayor parte de los casos tuvieron lugar después de la segunda dosis, con inicio de los síntomas una media de 3 días después de la vacunación. El Vaccine Adverse Event Reporting System de Estados Unidos informó de casi 1.300 casos de miocarditis probable, miocarditis confirmada o pericarditis aguda entre más de 350 millones de dosis administradas. Inicialmente, solo se notificaban miocarditis tras la vacunación contra la COVID-19 con las vacunas de micro-ARN, pero el informe sobre reacciones adversas de la Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency del Reino Unido ha puesto al descubierto 31 casos de miocarditis relacionada con la vacuna de AstraZeneca. El criterio de referencia para diagnosticar miocarditis son las pruebas histológicas o inmunohistológicas de un infiltrado celular inflamatorio que afecta a los miocitos. La miocarditis por hipersensibilidad o inducida por fármacos se debe a una reacción alérgica o de hipersensibilidad y no es necrosante ni fibrótica, pero cursa con infiltrado eosinofílico. La miocarditis eosinofílica es necrosante e incluye el síndrome hipereosinofílico (endomiocarditis de Löffler), la granulomatosis eosinofílica con poliangitis (síndrome de Churg y Strauss) y otros síndromes hipereosinofílicos complejos sin determinar. Las vacunas actualmente disponibles contra la COVID-19 contienen ingredientes y excipientes que pueden inducir miocarditis por hipersensibilidad. Se han propuesto alternativas para la fabricación de las vacunas. Los sacáridos alquílicos son sustancias prometedoras porque pueden reducir la capacidad inmunógena, mejorar la estabilidad, eliminar el daño oxidativo y prevenir eventos trombóticos y cardiovasculares. Las vacunas contra la COVID-19 libres de alérgenos serían más apropiadas y beneficiosas y no inducirían miocarditis.
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Publicación Periódica Publicación Periódica Biblioteca Central ESSALUD
Colección General RECARDIO (Navegar estantería) v.75 N°3(2022) 1 Disponible RECARDIO019

Recientemente se ha observado miocarditis tras la vacunación contra la COVID-19, sobre todo entre los varones jóvenes. La media de edad era 25 años. La mayor parte de los casos tuvieron lugar después de la segunda dosis, con inicio de los síntomas una media de 3 días después de la vacunación. El Vaccine Adverse Event Reporting System de Estados Unidos informó de casi 1.300 casos de miocarditis probable, miocarditis confirmada o pericarditis aguda entre más de 350 millones de dosis administradas. Inicialmente, solo se notificaban miocarditis tras la vacunación contra la COVID-19 con las vacunas de micro-ARN, pero el informe sobre reacciones adversas de la Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency del Reino Unido ha puesto al descubierto 31 casos de miocarditis relacionada con la vacuna de AstraZeneca. El criterio de referencia para diagnosticar miocarditis son las pruebas histológicas o inmunohistológicas de un infiltrado celular inflamatorio que afecta a los miocitos. La miocarditis por hipersensibilidad o inducida por fármacos se debe a una reacción alérgica o de hipersensibilidad y no es necrosante ni fibrótica, pero cursa con infiltrado eosinofílico. La miocarditis eosinofílica es necrosante e incluye el síndrome hipereosinofílico (endomiocarditis de Löffler), la granulomatosis eosinofílica con poliangitis (síndrome de Churg y Strauss) y otros síndromes hipereosinofílicos complejos sin determinar. Las vacunas actualmente disponibles contra la COVID-19 contienen ingredientes y excipientes que pueden inducir miocarditis por hipersensibilidad. Se han propuesto alternativas para la fabricación de las vacunas. Los sacáridos alquílicos son sustancias prometedoras porque pueden reducir la capacidad inmunógena, mejorar la estabilidad, eliminar el daño oxidativo y prevenir eventos trombóticos y cardiovasculares. Las vacunas contra la COVID-19 libres de alérgenos serían más apropiadas y beneficiosas y no inducirían miocarditis.