Detección al alta de UCI de la fragilidad y necesidades paliativas del paciente crítico en colaboración con atención primaria

Por: Pobo, A [Autor]Colaborador(es): Ferré, C | Canelles, S | Daniel, X | Rubio, O | Esteban, F [Autores]Tipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Descripción: páginas 101-103Tema(s): ANCIANO FRÁGIL | ENFERMEDAD CRÓNICA | CUIDADOS PALIATIVOS | TOMA DE DECISIONES CLÍNICAS En: Medicina IntensivaResumen: La población envejece, y con ello aumentan las patologías crónicas relacionadas con la edad. Esto condiciona un aumento en el número de personas de edad avanzada, pluripatológicas y con reserva funcional escasa. Todo ello supondrá que el número de pacientes frágiles en las unidades de cuidados intensivos (UCI) seguirá creciendo. Estos pacientes sufren mayor discapacidad al alta, tienen más posibilidades de acabar ingresando en un centro sociosanitario, una mayor mortalidad y experimentan convalecencias más largas. Por todo ello, debería plantearse la detección precoz de la fragilidad y ser consciente de su utilidad pronóstica como complemento a las escalas habituales centradas en la mortalidad, así se podría reorientar los esfuerzos hacia adelantar conversaciones empáticas y honestas centradas en la planificación compartida de los cuidados, respetando los deseos, las preferencias y los valores de los pacientes y sus allegados. Además, detectar la fragilidad al alta podría suponer una ayuda en la continua toma de decisiones clínicas y mejorar la eficiencia del sistema sanitario. Dado el nuevo paradigma poblacional, las importantes y persistentes barreras en la toma de decisiones sobre adecuación del tratamiento de soporte vital (ATSV) y cuidados al final de la vida que obliga a los intensivistas a tener que decidir al respecto, y en consonancia con el Plan de Salud de Cataluña, los autores se propusieron ser más proactivos en la detección de estos pacientes, hacer un seguimiento pronóstico e intentar detectar precozmente sus predecibles necesidades paliativas. En este contexto, durante 6 meses consecutivos se comprobó en todos los pacientes dados de alta de la UCI del Hospital Universitari Joan XXIII, Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili, CIBERES, Tarragona, España, si estaban identificados como pacientes crónicos complejos (PCC) o que precisaban de un modelo de atención a la cronicidad avanzada (MACA) y si disponían de Plan Individualizado de Intervención Compartido (PIIC) y/o planificación de decisiones avanzadas (PDA). Si lo estaban, pero no tenían PIIC y/o PDA, se realizaba interconsulta a la enfermera de enlace (EE) con los equipos de atención primaria (EAP) , registrándose el tiempo hasta su implementación. Al resto, a través de la herramienta NECPAL (NECesidades PALiativas), se identificaron los pacientes con necesidades paliativas y se comunicó a la EE para facilitar su identificación como PCC/MACA y realización de su PIIC y PDA. Finalmente, durante un año de seguimiento se comprobó cuántos eran finalmente catalogados y si tenían su PIIC y PDA cumplimentada. Dada su implicación pronóstica, detectar la fragilidad debería incorporarse en la práctica clínica habitual para ayudar a una correcta adecuación de los tratamientos de soporte vital tanto al ingreso en UCI como al alta. Además, esto permitiría implementar estrategias paliativas precoces y, en caso de necesitarlo, proporcionar una adecuada atención al final de la vida.
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Publicación Periódica Publicación Periódica Biblioteca Central ESSALUD
MEDINT (Navegar estantería) v.46 N°2(2022) 1 Disponible MEDINT020

La población envejece, y con ello aumentan las patologías crónicas relacionadas con la edad. Esto condiciona un aumento en el número de personas de edad avanzada, pluripatológicas y con reserva funcional escasa. Todo ello supondrá que el número de pacientes frágiles en las unidades de cuidados intensivos (UCI) seguirá creciendo. Estos pacientes sufren mayor discapacidad al alta, tienen más posibilidades de acabar ingresando en un centro sociosanitario, una mayor mortalidad y experimentan convalecencias más largas. Por todo ello, debería plantearse la detección precoz de la fragilidad y ser consciente de su utilidad pronóstica como complemento a las escalas habituales centradas en la mortalidad, así se podría reorientar los esfuerzos hacia adelantar conversaciones empáticas y honestas centradas en la planificación compartida de los cuidados, respetando los deseos, las preferencias y los valores de los pacientes y sus allegados. Además, detectar la fragilidad al alta podría suponer una ayuda en la continua toma de decisiones clínicas y mejorar la eficiencia del sistema sanitario. Dado el nuevo paradigma poblacional, las importantes y persistentes barreras en la toma de decisiones sobre adecuación del tratamiento de soporte vital (ATSV) y cuidados al final de la vida que obliga a los intensivistas a tener que decidir al respecto, y en consonancia con el Plan de Salud de Cataluña, los autores se propusieron ser más proactivos en la detección de estos pacientes, hacer un seguimiento pronóstico e intentar detectar precozmente sus predecibles necesidades paliativas. En este contexto, durante 6 meses consecutivos se comprobó en todos los pacientes dados de alta de la UCI del Hospital Universitari Joan XXIII, Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili, CIBERES, Tarragona, España, si estaban identificados como pacientes crónicos complejos (PCC) o que precisaban de un modelo de atención a la cronicidad avanzada (MACA) y si disponían de Plan Individualizado de Intervención Compartido (PIIC) y/o planificación de decisiones avanzadas (PDA). Si lo estaban, pero no tenían PIIC y/o PDA, se realizaba interconsulta a la enfermera de enlace (EE) con los equipos de atención primaria (EAP) , registrándose el tiempo hasta su implementación. Al resto, a través de la herramienta NECPAL (NECesidades PALiativas), se identificaron los pacientes con necesidades paliativas y se comunicó a la EE para facilitar su identificación como PCC/MACA y realización de su PIIC y PDA. Finalmente, durante un año de seguimiento se comprobó cuántos eran finalmente catalogados y si tenían su PIIC y PDA cumplimentada. Dada su implicación pronóstica, detectar la fragilidad debería incorporarse en la práctica clínica habitual para ayudar a una correcta adecuación de los tratamientos de soporte vital tanto al ingreso en UCI como al alta. Además, esto permitiría implementar estrategias paliativas precoces y, en caso de necesitarlo, proporcionar una adecuada atención al final de la vida.