Decisiones de final de vida en tiempos de pandemia

Por: Palacio Sanguino, Alejandra [Autor]Colaborador(es): Acosta Ospina, Laura Elena | Callejas de Luca, Estefanía [Autores]Tipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Descripción: páginas 313-314Tema(s): AGEÍSMO | DETERMINACIÓN DE LA ELEGIBILIDAD | FATIGA DE ALERTA DEL PERSONAL DE SALUD | PANDEMIAS | INFECCIONES POR CORONAVIRUSRecursos en línea: Haga clic para acceso en línea En: Revista Española de Geriatría y GerontologíaResumen: En países como Italia, España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, en los meses de marzo y abril del 2020, se presentó una importante expansión de los casos de COVID 19. Esto generó una emergencia sanitaria debido al colapso de las instituciones médicas por la alta tasa de enfermedad respiratoria grave con necesidad de atención en unidad de cuidados intensivos y uso de ventilación mecánica, con registros de muertes diarias en cada país de más de 1.000 pacientes por día. Esto da cuenta de que, a nivel estructural, los sistemas de salud de países del primer mundo no estaban en condiciones de enfrentar una crisis sanitaria de estas dimensiones. En esta situación, los médicos son quienes han tenido que tomar decisiones difíciles. Por ejemplo, son ellos quienes debieron distribuir los recursos limitados de un sistema de salud finito, priorizando las camas de cuidado intensivo y los ventiladores mecánicos para pacientes con mayor probabilidad de sobrevivir. En estos casos, la edad se ha vuelto el elemento definitorio para excluir a los pacientes mayores de estos soportes vitales avanzados, en beneficio de la población más joven. Los ancianos han sido condenados a continuar el curso natural de la enfermedad donde se prevé la muerte como desenlace más probable. Decidir a quién brindar un recurso vital genera impacto emocional, físico y cognitivo en el personal médico y sanitario. Además, debido a la escasez de recursos y a la situación particular de aislamiento para evitar contagios, muchos de los pacientes han muerto en soledad y sin acceso a cuidados paliativos y al acompañamiento que necesitan. En múltiples ocasiones, debido a la masificación del fenómeno y premura con la que se debe actuar, no se han podido contemplar factores como: la funcionalidad, el estado mental y nutricional, sino que la decisión se ha limitado al número de años vividos por el enfermo. Este momento coyuntural invita a la reflexión sobre las dinámicas de los sistemas de salud, la relación médico paciente y sobre todo la forma en la que como médicos tomamos decisiones frente al final de la vida y la muerte de las personas.
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Publicación Periódica Publicación Periódica Biblioteca Central ESSALUD
GERIATG (Navegar estantería) v.55 N°5(2020) 1 Disponible GERIATG011

En países como Italia, España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, en los meses de marzo y abril del 2020, se presentó una importante expansión de los casos de COVID 19. Esto generó una emergencia sanitaria debido al colapso de las instituciones médicas por la alta tasa de enfermedad respiratoria grave con necesidad de atención en unidad de cuidados intensivos y uso de ventilación mecánica, con registros de muertes diarias en cada país de más de 1.000 pacientes por día. Esto da cuenta de que, a nivel estructural, los sistemas de salud de países del primer mundo no estaban en condiciones de enfrentar una crisis sanitaria de estas dimensiones. En esta situación, los médicos son quienes han tenido que tomar decisiones difíciles. Por ejemplo, son ellos quienes debieron distribuir los recursos limitados de un sistema de salud finito, priorizando las camas de cuidado intensivo y los ventiladores mecánicos para pacientes con mayor probabilidad de sobrevivir. En estos casos, la edad se ha vuelto el elemento definitorio para excluir a los pacientes mayores de estos soportes vitales avanzados, en beneficio de la población más joven. Los ancianos han sido condenados a continuar el curso natural de la enfermedad donde se prevé la muerte como desenlace más probable. Decidir a quién brindar un recurso vital genera impacto emocional, físico y cognitivo en el personal médico y sanitario. Además, debido a la escasez de recursos y a la situación particular de aislamiento para evitar contagios, muchos de los pacientes han muerto en soledad y sin acceso a cuidados paliativos y al acompañamiento que necesitan. En múltiples ocasiones, debido a la masificación del fenómeno y premura con la que se debe actuar, no se han podido contemplar factores como: la funcionalidad, el estado mental y nutricional, sino que la decisión se ha limitado al número de años vividos por el enfermo. Este momento coyuntural invita a la reflexión sobre las dinámicas de los sistemas de salud, la relación médico paciente y sobre todo la forma en la que como médicos tomamos decisiones frente al final de la vida y la muerte de las personas.