Infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST en tiempos de COVID-19: ¿regreso al siglo pasado? Una llamada de atención

Por: Arias, Miguel Á [Autor]Colaborador(es): Gadella, Alejandro | Sastre, Miguel Ángel | Maicas, Carolina | Rodríguez Padial, Luis [Autores]Tipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Descripción: páginas 582-583Tema(s): INFARTO DEL MIOCARDIO CON ELEVACIÓN DEL ST | INFECCIONES POR CORONAVIRUS | PANDEMIAS En: Revista Española de CardiologíaResumen: En la situación perturbadora de la pandemia COVID-19, se presenta un caso de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) en una mujer de 65 años con antecedentes de dislipemia e infección crónica por el virus de la hepatitis C, sin una hepatopatía significativa. Como consecuencia de las limitaciones a la libertad de movimientos introducidas en España durante el confinamiento motivado por la COVID-19, la paciente había permanecido autoconfinada en su casa durante los últimos 7 días cuidando a varios nietos. No solicitó atención médica hasta transcurridas 24 h tras el inicio de los síntomas. A su llegada al hospital, la paciente señaló que ya no tenía dolor torácico, y estaba hemodinámicamente estable. Refería unos antecedentes de 48 h de fiebre de baja intensidad y tos seca. Presentaba taquipnea e hipoxemia, con una saturación de oxígeno del 88%, que mejoró hasta el 98% con 3 l de oxígeno mediante cánula nasal. El electrocardiograma fue compatible con el diagnóstico de infarto agudo de miocardio de cara anterior evolucionado. La radiografía de tórax mostró infiltrados moteados bilaterales y ello, junto con los síntomas de fiebre y tos seca, condujo a la sospecha de una posible infección de COVID-19. El test de Cobas de SARS-CoV-2 fue positivo y confirmó la infección vírica en la paciente. No se realizaron una coronariografía e intervención coronaria percutánea urgentes, sino que se consideraron electivas tras la recuperación de la infección de COVID-19. Se adoptaron medidas conservadoras y la paciente falleció al día siguiente. El presente caso ilustra claramente el modo en el que la pandemia de COVID-19 puede influir negativamente en la asistencia de un IAMCEST y sus resultados. Se ha observado un retraso en la aplicación de todos los componentes de la asistencia del IAMCEST y ello puede influir también en las complicaciones asociadas y en el pronóstico. Por un lado, las personas son reacias a acudir a un hospital pese a tener síntomas de alarma y, por otro, los sistemas de urgencias estaban notablemente sobrecargados, lo cual implicó un retraso tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los pacientes con IAMCEST.
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Publicación Periódica Publicación Periódica Biblioteca Central ESSALUD
RECARDIO (Navegar estantería) v.73 N°7(2020) 1 Disponible RECARDIO023

En la situación perturbadora de la pandemia COVID-19, se presenta un caso de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) en una mujer de 65 años con antecedentes de dislipemia e infección crónica por el virus de la hepatitis C, sin una hepatopatía significativa. Como consecuencia de las limitaciones a la libertad de movimientos introducidas en España durante el confinamiento motivado por la COVID-19, la paciente había permanecido autoconfinada en su casa durante los últimos 7 días cuidando a varios nietos. No solicitó atención médica hasta transcurridas 24 h tras el inicio de los síntomas. A su llegada al hospital, la paciente señaló que ya no tenía dolor torácico, y estaba hemodinámicamente estable. Refería unos antecedentes de 48 h de fiebre de baja intensidad y tos seca. Presentaba taquipnea e hipoxemia, con una saturación de oxígeno del 88%, que mejoró hasta el 98% con 3 l de oxígeno mediante cánula nasal. El electrocardiograma fue compatible con el diagnóstico de infarto agudo de miocardio de cara anterior evolucionado. La radiografía de tórax mostró infiltrados moteados bilaterales y ello, junto con los síntomas de fiebre y tos seca, condujo a la sospecha de una posible infección de COVID-19. El test de Cobas de SARS-CoV-2 fue positivo y confirmó la infección vírica en la paciente. No se realizaron una coronariografía e intervención coronaria percutánea urgentes, sino que se consideraron electivas tras la recuperación de la infección de COVID-19. Se adoptaron medidas conservadoras y la paciente falleció al día siguiente. El presente caso ilustra claramente el modo en el que la pandemia de COVID-19 puede influir negativamente en la asistencia de un IAMCEST y sus resultados. Se ha observado un retraso en la aplicación de todos los componentes de la asistencia del IAMCEST y ello puede influir también en las complicaciones asociadas y en el pronóstico. Por un lado, las personas son reacias a acudir a un hospital pese a tener síntomas de alarma y, por otro, los sistemas de urgencias estaban notablemente sobrecargados, lo cual implicó un retraso tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de los pacientes con IAMCEST.