Rodríguez, M.Á.

Telerrehabilitación en adultos mayores con enfermedades crónicas: ¿un antes y un después tras la COVID-19? - páginas 127-128

La pandemia por COVID-19ha modificado drásticamente la forma de vida de las personas. Si bien el confinamiento domiciliario fue implantado como medida para evitar la trasmisión extrema del virus y proteger la salud de la población, la restricción de la movilidad de las personas ha dificultado la realización de los niveles esenciales de actividad física e impedido en determinados casos el acceso a establecimientos sanitarios. La telerrehabilitación ha sido propuesta como una herramienta útil para agilizar el sistema sanitario y que favorece a aquellas personas que residen en áreas lejanas a un hospital o centro especializado (por ejemplo, zonas rurales). Existen evidencias de que la telerrehabilitación resulta adecuada en poblaciones especiales. Por ejemplo, en adultos mayores con insuficiencia cardiaca, un programa de 12 semanas efectuado en el propio hogar y supervisado mediante videoconferencia produjo mejoras similares sobre el fitness cardiorrespiratorio y la fuerza muscular en comparación con un grupo que efectuó dicho programa en el hospital. Asimismo, la telerrehabilitación también ha mostrado ser una herramienta coste-efectiva en el tratamiento de enfermedades neurológicas. Con base en todo lo expuesto, la rehabilitación "a distancia" podría ser considerada como una alternativa susceptible de ser incluida como complemento a los programas de rehabilitación convencionales.


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