Cuadrado, A.

Protocolo diagnóstico y tratamiento del síndrome febril en el paciente cirrótico - páginas 359-363

La cirrosis confiere una situación de inmunosupresión innata y adquirida que, unida a los cambios hemodinámicos que conlleva, favorece la traslocación bacteriana y el desarrollo de bacteriemias y otro tipo de infecciones. Como consecuencia, ante un síndrome febril en un paciente cirrótico, se debe sospechar una infección, siendo la peritonitis bacteriana espontánea la más frecuente y grave del paciente cirrótico, seguida de la infección del tracto urinario, la neumonía y las bacteriemias. Existen otras circunstancias que pueden aparecer en el curso clínico de un paciente cirrótico y que pueden inducir fiebre. Así, en el diagnóstico diferencial del síndrome febril en el paciente cirrótico, principalmente cuando se ha descartado la causa infecciosa, se han de sospechar otras entidades tales como el hepatocarcinoma, una hepatitis aguda alcohólica, la trombosis portal o la toma de fármacos.


FIEBRE
CIRROSIS HEPÁTICA
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
INFECCIONES

PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA