Ni objetos ni hijos: hacia la regulación de la custodia de mascotas tras la ruptura familiar

Por: Bermeo Turchi, Tullio Deifilio [autor]Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Descripción: páginas 63-78Tema(s): LEGISLACIÓN | VÍNCULO SER HUMANO-ANIMAL | CUSTODIA DE MASCOTAS | CÓDIGO CIVIL En: Gaceta civil & procesal civil : información especializada para abogados y juecesResumen: El autor sostiene, entre otras cosas, que la regulación de custodia de animales de compañía debe prever expresamente que, cuando existan hijos menores en el núcleo familiar, el juez valore el interés superior del niño como criterio orientador, en conjunto con el bienestar del animal. Asimismo, señala que esta ponderación no puede subordinarse de manera automática a la titularidad patrimonial ni a acuerdos entre adultos que omitan o minimicen el impacto emocional que podría sufrir el menor ante la pérdida de su vínculo con el animal. Así, por ejemplo, podría preverse que, cuando el animal haya convivido principalmente con el menor y exista prueba del vínculo afectivo entre ambos, se presuma, salvo evidencia en contrario, que el animal debe permanecer en el hogar donde reside el niño, a fin de proteger su estabilidad emocional.
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Colección General GACIV (Navegar estantería) tomo 146 (agosto 2025) Disponible GACIV024

El autor sostiene, entre otras cosas, que la regulación de custodia de animales de compañía debe prever expresamente que, cuando existan hijos menores en el núcleo familiar, el juez valore el interés superior del niño como criterio orientador, en conjunto con el bienestar del animal. Asimismo, señala que esta ponderación no puede subordinarse de manera automática a la titularidad patrimonial ni a acuerdos entre adultos que omitan o minimicen el impacto emocional que podría sufrir el menor ante la pérdida de su vínculo con el animal. Así, por ejemplo, podría preverse que, cuando el animal haya convivido principalmente con el menor y exista prueba del vínculo afectivo entre ambos, se presuma, salvo evidencia en contrario, que el animal debe permanecer en el hogar donde reside el niño, a fin de proteger su estabilidad emocional.