Eficacia y seguridad de un protocolo de sedación combinado con propofol como segundo escalón para el ecocardiograma transesofágico

Por: López Haldón, José [autor]Colaborador(es): Paneque, Inmaculada [autor] | Galán Páez, Nuria [autor] | Camacho Fernández de Líger, María Rocío [autor] | Lao Peña, Carolina [autor] | Aguilera Saborido, Almudena [autor]Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Descripción: páginas 201-204Tema(s): PROPOFOL | ECOCARDIOGRAFÍA TRANSESOFÁGICA En: Revista Española de CardiologíaResumen: La ecocardiografía transesofágica (ETE) provoca náuseas, dolor y ansiedad, por lo que la sedoanalgesia es fundamental. Las sociedades norteamericanas de ecocardiografía y de anestesistas cardiovasculares señalan diversos fármacos para la sedoanalgesia: anestesia tópica, benzodiacepinas, opioides y propofol, sin definir un protocolo de dosis, combinación u orden. El perfil de seguridad del propofol es más estrecho. La European Association of Cardiovascular Imaging indica el midazolam como fármaco habitual y el fentanilo como alternativa, y no menciona el propofol. Este está muy consolidado en anestesia para procedimientos que requieren sedación profunda, pero su uso se ha extendido a la ETE, en ocasiones por cardiólogos. En este artículo se describe la experiencia con un protocolo de sedoanalgesia en el que el propofol es el segundo escalón si con midazolam y petidina no se alcanza la sedación requerida. Este protocolo es conocido y aceptado por el servicio de anestesia del Servicio de Cardiología, Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, España. Se incluyó prospectivamente a todos los pacientes sometidos a ETE desde mayo de 2020 hasta abril de 2021. Se describe el protocolo de sedación. Se hicieron 286 procedimientos de ETE a 286 pacientes. A 56 pacientes se les administró lidocaína tópica. A todos se les administró midazolam mediana 3 mg. Se administró petidina en dosis de 50 mg a 259 pacientes, 25 mg a 23 y no se administró a 4. Requirieron propofol mediana, 20 mg, 54 pacientes, preparado en jeringa de 10 ml y administrado en bolos de 1 ml. El motivo de la administración de propofol en los 54 pacientes fue una sedación insuficiente, sin casos de reacción paradójica al midazolam. De estos 54 pacientes, 11 recibieron propofol antes de la intubación. En 22 de los 286 procedimientos (7,7%) se administró flumazenilo. Ningún paciente requirió ventilación con resucitador manual ni atención del anestesista. Las características clínicas basales, los tiempos, las complicaciones y la satisfacción del paciente y del cardiólogo se reflejan en una tabla, en general y en los grupos con propofol y sin propofol.
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Publicación Periódica Publicación Periódica Biblioteca Central ESSALUD
Colección General RECARDIO (Navegar estantería) v.76 N°3(2023) Disponible RECARDIO034

La ecocardiografía transesofágica (ETE) provoca náuseas, dolor y ansiedad, por lo que la sedoanalgesia es fundamental. Las sociedades norteamericanas de ecocardiografía y de anestesistas cardiovasculares señalan diversos fármacos para la sedoanalgesia: anestesia tópica, benzodiacepinas, opioides y propofol, sin definir un protocolo de dosis, combinación u orden. El perfil de seguridad del propofol es más estrecho. La European Association of Cardiovascular Imaging indica el midazolam como fármaco habitual y el fentanilo como alternativa, y no menciona el propofol. Este está muy consolidado en anestesia para procedimientos que requieren sedación profunda, pero su uso se ha extendido a la ETE, en ocasiones por cardiólogos. En este artículo se describe la experiencia con un protocolo de sedoanalgesia en el que el propofol es el segundo escalón si con midazolam y petidina no se alcanza la sedación requerida. Este protocolo es conocido y aceptado por el servicio de anestesia del Servicio de Cardiología, Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, España. Se incluyó prospectivamente a todos los pacientes sometidos a ETE desde mayo de 2020 hasta abril de 2021. Se describe el protocolo de sedación. Se hicieron 286 procedimientos de ETE a 286 pacientes. A 56 pacientes se les administró lidocaína tópica. A todos se les administró midazolam mediana 3 mg. Se administró petidina en dosis de 50 mg a 259 pacientes, 25 mg a 23 y no se administró a 4. Requirieron propofol mediana, 20 mg, 54 pacientes, preparado en jeringa de 10 ml y administrado en bolos de 1 ml. El motivo de la administración de propofol en los 54 pacientes fue una sedación insuficiente, sin casos de reacción paradójica al midazolam. De estos 54 pacientes, 11 recibieron propofol antes de la intubación. En 22 de los 286 procedimientos (7,7%) se administró flumazenilo. Ningún paciente requirió ventilación con resucitador manual ni atención del anestesista. Las características clínicas basales, los tiempos, las complicaciones y la satisfacción del paciente y del cardiólogo se reflejan en una tabla, en general y en los grupos con propofol y sin propofol.