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La pancreatitis crónica es una enfermedad inflamatoria crónica del páncreas que se acompaña de fibrosis parenquimatosa y pérdida de tejido funcional, que en fases avanzadas lleva a desarrollar una insuficiencia pancreática exocrina y endocrina. Existen diferentes causas que en la actualidad se resumen en la clasificación TIGAR-O, siendo la más frecuente la tóxico-metabólica (alcohol y tabaco). Las manifestaciones clínicas más frecuentes son el dolor abdominal y los síntomas derivados de la insuficiencia pancreática exocrina. El diagnóstico de la pancreatitis crónica se basa en la detección de: a) alteraciones morfológicas, siendo las pruebas más importantes la ecoendoscopia y la colangiopancreatografía por resonancia magnética con secretina y la resonancia magnética con gadolinio y/o b) alteraciones funcionales, destacando la prueba de secretina. La insuficiencia pancreática exocrina se analiza mediante la prueba de elastasa fecal, asociada a un estudio nutricional completo o con métodos como la prueba del aliento con 13C-triglicéridos mixtos. El tratamiento de la enfermedad se centra en el tratamiento de la causa, en el control de los síntomas, principalmente el dolor, y en el manejo de sus complicaciones funcionales, como la insuficiencia pancreática exocrina y endocrina, o morfológicas, como el pseudoquiste, pseudoaneurisma o el cáncer de páncreas.