Manejo percutáneo de las metástasis óseas

Por: Chen-Xu, S [Autor]Colaborador(es): Martel Villagrán, J | Bueno Horcajadas, A [Autores]Tipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Descripción: páginas 345-357Tema(s): METÁSTASIS DE LAS NEOPLASIAS | RADIOLOGÍA INTERVENCIONAL | ABLACIÓN POR RADIOFRECUENCIA | MICROONDAS | CRIOCIRUGÍARecursos en línea: Haga clic para acceso en línea En: Radiología: Publicación Oficial de la Sociedad Española de Radiología MédicaResumen: La radiología intervencionista tiene un papel cada vez más importante en el tratamiento local, generalmente con intención paliativa, de las metástasis óseas, aunque en pacientes seleccionados puede realizarse con intención curativa. Se dispone de dos grupos de técnicas principales, de las cuales unas se centran en la consolidación del hueso: la osteoplastia/vertebroplastia, que consiste en la inyección de polimetilmetacrilato para reforzar el hueso y mejorar el dolor, y la osteosíntesis percutánea, que consiste en la fijación mediante tornillos de las fracturas mínimamente/no desplazadas para su consolidación. Por otro lado, tenemos la ablación tumoral, que nos permitirá la destrucción tumoral, ya sea por instilación de alcohol o a través de la termoablación. La termoablación es la preferida en musculoesquelético, ya que es una ablación más controlada. Dentro de este grupo tenemos: la radiofrecuencia, que aplica una onda de alta frecuencia alternante (450-600 Hz) en la interfase tumor-hueso que alcanza altas temperaturas y necrosis coagulativa; la ablación por microondas, que aplica ondas electromagnéticas (aproximadamente 900 y 2450 MHz) a través de una antena que se coloca directamente en el seno del tumor, produciendo agitación molecular y calor que provoca una necrosis coagulativa; la crioablación, que consiste en la aplicación de un frío extremo para destruir tumores, y, por último, la MRgFUS (Magnetic Resonance-guided focused ultrasound surgery), técnica no invasiva que funciona como un haz de ultrasonidos generado por el transductor colocado sobre la piel del paciente, concentrándose en la lesión diana donde la energía mecánica se convierte en energía térmica (65-85°C). El plan terapéutico ha de ser determinado por un equipo multidisciplinar, y puede tener intención paliativa o curativa. Una vez seleccionado el paciente, se realizará un estudio preprocedimiento y se decidirá cuál será la técnica más adecuada en función de una serie de factores. Durante el procedimiento se tomarán medidas de protección y monitorizacióny finalmente se realizará un seguimiento posprocedimiento.
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La radiología intervencionista tiene un papel cada vez más importante en el tratamiento local, generalmente con intención paliativa, de las metástasis óseas, aunque en pacientes seleccionados puede realizarse con intención curativa. Se dispone de dos grupos de técnicas principales, de las cuales unas se centran en la consolidación del hueso: la osteoplastia/vertebroplastia, que consiste en la inyección de polimetilmetacrilato para reforzar el hueso y mejorar el dolor, y la osteosíntesis percutánea, que consiste en la fijación mediante tornillos de las fracturas mínimamente/no desplazadas para su consolidación. Por otro lado, tenemos la ablación tumoral, que nos permitirá la destrucción tumoral, ya sea por instilación de alcohol o a través de la termoablación. La termoablación es la preferida en musculoesquelético, ya que es una ablación más controlada. Dentro de este grupo tenemos: la radiofrecuencia, que aplica una onda de alta frecuencia alternante (450-600 Hz) en la interfase tumor-hueso que alcanza altas temperaturas y necrosis coagulativa; la ablación por microondas, que aplica ondas electromagnéticas (aproximadamente 900 y 2450 MHz) a través de una antena que se coloca directamente en el seno del tumor, produciendo agitación molecular y calor que provoca una necrosis coagulativa; la crioablación, que consiste en la aplicación de un frío extremo para destruir tumores, y, por último, la MRgFUS (Magnetic Resonance-guided focused ultrasound surgery), técnica no invasiva que funciona como un haz de ultrasonidos generado por el transductor colocado sobre la piel del paciente, concentrándose en la lesión diana donde la energía mecánica se convierte en energía térmica (65-85°C). El plan terapéutico ha de ser determinado por un equipo multidisciplinar, y puede tener intención paliativa o curativa. Una vez seleccionado el paciente, se realizará un estudio preprocedimiento y se decidirá cuál será la técnica más adecuada en función de una serie de factores. Durante el procedimiento se tomarán medidas de protección y monitorizacióny finalmente se realizará un seguimiento posprocedimiento.