Retuerto Guerrero, M.
Protocolo de tratamiento de los antilinfocitos B en las enfermedades inmunomediadas - páginas 1842-1846
Los linfocitos B tienen un papel fundamental en la fisiopatología de las enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS), ya que no solo se transforman en células plasmáticas productoras de autoanticuerpos, sino que también secretan citoquinas proinflamatorias que amplifican la respuesta inmunológica. Además, estos linfocitos actúan como células presentadoras de antígenos, lo que favorece la activación de los linfocitos T y perpetúa el proceso autoinmune. La activación aberrante de los linfocitos B contribuye a la formación de complejos inmunes que, al depositarse en diferentes órganos y tejidos, provocan daño tisular, como se observa en enfermedades como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y la esclerosis sistémica. Debido a su rol central en la patogénesis de las EAS, los linfocitos B se han convertido en un objetivo terapéutico clave. Las terapias dirigidas a estos linfocitos, como el rituximab, han mostrado eficacia en la mejora de los resultados clínicos y la reducción de la inflamación sistémica. Sin embargo, su uso conlleva riesgos, como el aumento de infecciones graves debido a su efecto inmunosupresor y la posible inducción de hipogammaglobulinemia, linfopenia y neutropenia, lo que compromete la defensa inmunológica del paciente. Es esencial realizar un seguimiento riguroso de los niveles de inmunoglobulinas y administrar profilaxis antimicrobiana de acuerdo con las necesidades del paciente.
ENFERMEDADES AUTOINMUNES
LINFOCITOS B
AUTOANTICUERPOS
CITOCINAS
RITUXIMAB
Protocolo de tratamiento de los antilinfocitos B en las enfermedades inmunomediadas - páginas 1842-1846
Los linfocitos B tienen un papel fundamental en la fisiopatología de las enfermedades autoinmunes sistémicas (EAS), ya que no solo se transforman en células plasmáticas productoras de autoanticuerpos, sino que también secretan citoquinas proinflamatorias que amplifican la respuesta inmunológica. Además, estos linfocitos actúan como células presentadoras de antígenos, lo que favorece la activación de los linfocitos T y perpetúa el proceso autoinmune. La activación aberrante de los linfocitos B contribuye a la formación de complejos inmunes que, al depositarse en diferentes órganos y tejidos, provocan daño tisular, como se observa en enfermedades como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y la esclerosis sistémica. Debido a su rol central en la patogénesis de las EAS, los linfocitos B se han convertido en un objetivo terapéutico clave. Las terapias dirigidas a estos linfocitos, como el rituximab, han mostrado eficacia en la mejora de los resultados clínicos y la reducción de la inflamación sistémica. Sin embargo, su uso conlleva riesgos, como el aumento de infecciones graves debido a su efecto inmunosupresor y la posible inducción de hipogammaglobulinemia, linfopenia y neutropenia, lo que compromete la defensa inmunológica del paciente. Es esencial realizar un seguimiento riguroso de los niveles de inmunoglobulinas y administrar profilaxis antimicrobiana de acuerdo con las necesidades del paciente.
ENFERMEDADES AUTOINMUNES
LINFOCITOS B
AUTOANTICUERPOS
CITOCINAS
RITUXIMAB