Barbero, E. Guerassimova, I. Díaz Lobato, S.

Disnea aguda - páginas 5147-5154

El término disnea denomina una sensación de dificultad respiratoria. Por su etiopatogenia se divide en dos grupos: respiratoria y cardiovascular. En ambos casos, se realiza una valoración clínica exhaustiva del paciente. Primero hay que evaluar la gravedad del cuadro mediante la detección de los signos y síntomas de alarma. A continuación, es preciso valorar la necesidad de oxigenoterapia mediante pulsioximetría o gasometría arterial. Una vez garantizada la estabilidad del paciente, se debe proceder a realizar una historia clínica detallada y un examen físico completo. Posteriormente, se debe solicitar pruebas complementarias para esclarecer la causa de la disnea. Ante una disnea aguda se debe identificar las causas de la misma. Si se trata de una disnea de origen respiratorio la causa podría ser neumonía, agudización de EPOC, agudización asmática, tromboembolia pulmonar, derrame pleural, neumotórax, hemorragia alveolar, presencia de un cuerpo extraño o agudización de una enfermedad intersticial difusa. En caso de que todos los datos orienten a un origen cardíaco, podría ser secundaria a una insuficiencia cardíaca, un síndrome coronario agudo, una arritmia o un taponamiento cardíaco. También la disnea puede ser debida a alguna patología en la vía aérea superior, como por la presencia de angioedema, anafilaxia o infección cervicales; o puede ser de otro origen como secundaria a enfermedades neuromusculares, obesidad o ansiedad.


DISNEA
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES